domingo, 31 de enero de 2010

Sugerencia nº 1: 'Invictus'

Clint Eastwood es uno de los mejores directores de cine de la historia, y posiblemente mi preferido de los que siguen haciendo películas hoy día. Trabaja a un ritmo frenético, seis películas en los últimos cinco años: 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima' (dos visiones de un mismo hecho histórico, la disputa de ese islote del Pacífico durante la segunda Guerra Mundial, que son un auténtico alegato contra la guerra), 'El intercambio' (basada en un trágico suceso real en Estados Unidos en la época de entreguerras), 'Gran Torino' (sobre la tolerancia racial), ahora 'Invictus', y ya está en proceso 'Hereafter'. Todas ellas películas muy diferentes, comprometidas y emocionantes que tratan sobre grandes temas y como afectan al ser humano, obligándole a posicionarse.
Invictus se desarrolla en la historia reciente de Sudáfrica (años noventa), en el instante crucial en que Nelson Mandela gana las primeras elecciones libres en el país (tras décadas de apartheid, un régimen dirigido por los blancos, basado en una discriminación brutal de la población negra, que encarceló a sus líderes como Mandela durante veintisiete años), un momento de gran incertidumbre en el que todo el mundo temía una dinámica similar a la de otros países del entorno, donde la revancha contra los blancos, provocó graves conflictos. La película muestra como el nuevo presidente va desarrollando una política inteligente y pacificadora, basada en el perdón y en la construcción de un nuevo país sin rencores. Y dentro de esa labor un episodio aparentemente intrascendente cobra un valor primordial, el campeonato mundial de rugby, el deporte de los blancos (el futbol era el de los negros) que se celebra en el país. Mandela pone especial empeño en lograr el triunfo de su selección, sabedor de como esas cosas unen a todo un país (que nos van a contar a nosotros), y lo logra (no desvelo nada, es historia) consiguiendo que tal vez por primera vez los sudafricanos, blancos o negros, sintiesen un mismo orgullo nacional.
A destacar varias cosas: la excelente interpretación de Morgan Freeman, la paradoja del elocuente hombre de estado incapaz de mostrar sus sentimientos a su hija, la escena de la celda 46664, las esplendidas imágenes de los partidos de rugby (especialmente los interminables últimos segundos de la final, como la vida misma) y el constante homenaje a Nelson Mandela, una de las figuras más destacables de la historia contemporánea, cuya grandeza queda resumida en su frase: 'Soy dueño de mi destino, capitán de mi alma'. Ahí está su gran mensaje, sed honestos, consecuentes y trabajadores, y seréis libres.
Cuando en junio nos empiecen a llegar noticias desde Sudáfrica, os enteraréis de que el país sigue teniendo problemas importantes, de que es bastante inseguro o de que la población negra tiene aún un nivel de vida más bajo que la blanca. Lo que relata 'Invictus' fue el primer paso de un proceso lleno de dificultades, pero que sigue avanzando.
Esta es mi opinión, seguro que alguno de vosotros ve la película y me encantaría saber cual es vuestra impresión, la espero. Y a ver si, ya en julio nos llevamos una alegría como la de los sudafricanos, en el mismo estadio donde están rodados los partidos de rugby.

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